CÓMO SE GANAN LOS JUICIOS - El Abogado Litigante.
El presente libro está dirigido a
quienes deseen ejercer algún día en la prestigiada pero exigente especialidad
del litigio. El autor indica que en esta carrera no hay atajos: una buena
formación profesional del abogado litigante supone conocimientos y experiencia
adquiridos en el aula, en el despacho de un abogado en ejercicio y en los
tribunales, pero más que nada mucho esfuerzo y tesón para aprender por sí solo
lo que ninguna escuela o persona puede enseñarle.
Sin embargo, el objetivo del
libro no es desanimar, sino orientar a quienes se sienten capaces y aspiran a
seguir esta carrera. F. Lee Bailey, quien es un litigante consumado, comparte
generosamente con el lector los ´´secretos´´ de su exitosa carrera y explica
cómo desarrollar y perfeccionar las habilidades necesarias para el litigio y,
no menos importante, cómo evitar los errores más comunes en esta profesión,
todo ello ilustrado con ejemplos y anécdotas, algunos tomados de su propia
experiencia y relatados con ingenio.
El estilo directo y ameno es una
de las cualidades de este libro, pero su valor principal reside en lo práctico
de los consejos ofrecidos a los futuros litigantes y no sólo a ellos, porque
las habilidades que se requieren para litigar son igualmente útiles en otras
especialidades de la abogacía, trátese del Derecho Civil, Mercantil, el de
Asuntos Laborales, Protección del Consumidor, etc. A ello se debe la gran
aceptación que han tenido las distintas ediciones de este libro.
AUTOR FRANCIS LEE BAILEY (USA):
Abogado, profesor de la cátedra
de derecho de la prestigiosa universidad de Harvard que ha escrito otros libros
sumamente importantes para el buen desarrollo de estudiantes de derecho y cuyo
brillante papel en casos como “El estrangulador de Boston y el del “Capitán
Ernest Medina”, además del sonadísimo evento “de Patty Hearst”, señala que la
formación profesional de un abogado es demasiado
importante para dejarla del todo a las escuelas de derecho, porque ninguna
escuela independientemente de lo destacada que pueda ser, es capaz de enseñarle
al futuro abogado todo lo que hay que saber sobre el ejercicio del derecho como
profesión (y medio para vivir) y añade
asimismo que la preparación de un abogado es también trascendental como
para dejar su carga total a los abogados en ejercicio. Él considera y estamos
de acuerdo en todo lo que expresa en su texto, que, para una preparación
óptima, no sólo en el Derecho, se requiere de un equilibrio entre las
experiencias en el aula, la sala el tribunal y en el bufete.
Para nuestra sorpresa, porque se cree que todo
lo que se forma en Estados Unidos es lo máximo, Lee Bailey enfatiza en que las
escuelas de Derecho en los Estados Unidos no han cumplido con su misión de
formar a los abogados litigantes, en esto
incluye a la escuela donde él enseñaba, (Harvard).
Lee Bailey dice que para entender mejor lo que
hacen los abogados litigantes, se debe considerar que el ejercicio de la ley
está estructurado en forma de una pirámide. En la base se hallan los clientes y
sus abogados, que ejercen muchas especialidades diferentes, y hacen de todo lo
que implica ese oficio, después vienen los abogados intérpretes de la ley.
Lo primero en el sistema
piramidal, dentro del sistema legal, es el uso de la evidencia o prueba que es
la información que un juez permite presentar ante un jurado, el juez de
litigios actúa como árbitro entre los abogados y da instrucciones al jurado
respecto a la ley o reglas que deben aplicarse a los hechos. También el juez de
litigios tiene la función de un filtro con la información que le facilitan los
abogados, el filtra lo que puede conocer el jurado que pueda ser utilizado para determinar
los hechos.
El abogado, como el buen médico,
debe garantizar una sólida protección al público, pero es una lástima que los
tribunales no ofrezcan tal protección al ingenuo cliente se le hace creer que,
si un abogado no fuera realmente capaz de tramitar un proceso judicial, el juez
no le permitiría manejar el caso y no es
así con escasas excepciones, cualquiera que ejerza el derecho en general, puede
entrar a la sala del tribunal y llevar un litigio, agrega el autor en este
importante texto, con todas las vivencias que ha obtenido a través de su
importante ejercicio profesional como jurista brillante en los Estados Unidos.